En la literatura caballeresca estartapil el objetivo último de una empresa tecnológica de éxito es ser adquirida o salir a bolsa, pero ¿qué implica eso para inversores, empleados y fundadores? Y, sobre todo ¿por qué debería interesarte? Afortunadamente, en el sector tecnológico nacional cada vez es más frecuente hablar de startups, capital-riesgo, stock options o exits. Pero aunque algunos intenten convencernos de que en Silicon Valley atan a los perros con longanizas y se envuelva al emprendimiento tecnológico de cierta mística

[En vez de en una democracia] En lo que sí se ha convertido China es en una auténtica potencia tecnológica, gracias a la impasibilidad -y, a veces, colaboración- de algunos de los principales actores de la industria. Es el incomodo peaje a pagar para poder acceder a un lucrativo mercado de 1.400 millones de habitantes, pero ¿De verdad somos conscientes del creciente poder del dragón que estamos alimentando y podría acabar devorándonos?

El 28 de diciembre de 2013, se publicó en el diario ecuatoriano El Universo una viñeta de “Bonil” relacionada con una intervención policial en la casa de Fernando Villavicencio. El entonces presidente, Rafael Correa, llamó al dibujante mentiroso y odiador.

Parece que la Bonilista de la semana pasada llegó a la portada de Menéame. Ha generado no menos de 40.000 visitas a los distintos soportes donde he publicado, pero a cambio de ese tráfico, he tenido que soportar que mi contenido fuera tachado como “spam” -aunque no vendiera nada- “irrelevante” o “sensacionalista”.

Debe ser deformación profesional, pero en el inicio del Retorno del Jedi, cuando Darth Vader llega a la segunda Estrella de la Muerte, lo que más me llama la atención son los miles de técnicos al mando de los controles de una estación espacial de 120km de diámetro que puede acabar con planetas enteros.

El 5 de noviembre de 2014, la Supercom (Superintendencia de Comunicación) ha recibido otra denuncia contra el dibujante Xavier Bonilla “Bonil”, la denuncia ha sido presentada por 17 representantes de varias organizaciones afroecuatorianas como la Confederación Nacional Afroecuatoriana y la Fundación Afroecuatoriana Azúcar.