Un jefe de policía checheno, ya casado y sin intenciones de divorciarse, se salta la ley rusa a la torera y se casa en segundas nupcias con una joven de 17 años. Pese a las duras críticas, la boda se celebró en Grozni, la capital de la república chechena, con el beneplácito del líder chechén, Ramzán Kadírov, quien incluso bailó con la novia.