La reislamización de Hagia Sophía es un ejemplo de la actual deriva política de Turquía: una difusa sinfonía de exaltación patriótica cuyos elementos predominantes son el nacionalismo y el islamismo.

En Turquía, muchas personas adoptaron los apellidos en 1934 como parte de las reformas de "Turquicización" diseñadas para crear una nación unificada. Se exigió formalmente a los ciudadanos que eligieran apellidos, y muchos tomaron nombres que ahora parecen ridículos, como Testículo, Chacal o Desnudo. Pero el año pasado, los turcos se sorprendieron gratamente con un anuncio del gobierno de que en una única ocasión en 2018, el registro civil reduciría la burocracia para facilitar que las personas cambien esos nombres mal escritos o vergonzosos.

El actual presidente de Turquía Recep Tayyip Erdogan se ha encontrado con una revolución interna surgida desde un ejército al que siempre ha tratado de controlar, especialmente a medida que iba acumulando poder como gran líder del país. En realidad, Erdogan siempre se ha visto a sí mismo como un nuevo Atatürk, el gran padre de la Turquía moderna, aunque las diferencias entre sus iniciativas políticas no puedan ser más diferentes.

Breve radiografía de los actores políticos actuales, después de un año de las masivas revueltas de Gezi y Taksim, analizando antes dónde encuentra sus orígenes la cultura política turca y las dos visiones mayoritarias históricas que han pugnado en el país: nacionalismo con Attatürk como mito fundacional, y una visión islamizante de tipo conservador.