Los riesgos de su salto a la política espectáculo, gracias a sus magníficos resultados el domingo 27 de septiembre, de momento, no se han traducido en un cambio de su hoja de ruta. Y ésta es profundamente incómoda para los establishments catalán y español, para el primero, porque se niegan a investir a Artus Mas president de la Generalitat, lo que comienza a crear grietas en Junts pel Sí, una coalición que la CUP quiere "desbordar".