Los policías locales de Castilleja de la Cuesta que atendieron la pasada madrugada a un conductor ebrio no salían de su asombro ante su petición. Sin poder ponerse de pie casi, sin la posibilidad de sacar el coche de donde lo había empotrado, y sin casi tener la capacidad de articular palabra, el conductor cogió el alcoholímetro y se puso a interpretar ‘Las Tres Caídas’, un marcha cofrade que un rato antes había sonado en las calles de Triana como culminación del traslado de la imagen del mismo nombre a la capilla de Los Marineros.