Hace dos semanas STOP Desahucios informó a Público del fallecimiento de Francisco de Regis, conocido como Patxi, uno de los desahuciados sin alternativa habitacional del Edificio Dignidad de Móstoles. Durante casi ocho meses, Patxi estuvo durmiendo en la calle pese a presentar un informe a la Administración que mostraba su estado de vulnerabilidad. "Tenía una incapacidad del 65%, varias enfermedades graves, cobraba una pensión de 480 euros al mes y aun así no lo consideraron vulnerable", lamenta José María Torralbo, portavoz de la plataforma.

Si no cumples con las imposiciones que te hacen, por ej., limpiar los baños, te castigan durmiendo fuera en la calle durante días, te quitan el abono de transporte que te subvencionan o no te dejan acceder al ordenador con el que buscas empleo. Estos son los castigos que sufren las personas vulnerables desahuciadas en los albergues que les ofrece la administración como alternativa habitacional. J. Mª Torralbo, portavoz de STOP Desahucios, asegura que los centros de acogida maltratan a las personas y son lugares "donde se vive muy mal".

Durante estas fechas, diferentes organizaciones trabajan para que las personas sin hogar puedan pasar de la mejor manera posible la Navidad

El borrador de acuerdo, según informa el Financial Times, implicaría también que Ucrania se comprometa a no albergar bases militares ni armamento extranjero.

Se han instalado cápsulas para dormir impermeables y a prueba de viento en las calles de una ciudad alemana para albergar a las personas sin hogar. Las cabañas de madera y acero, con capacidad para dos personas, protegen del frío, el viento y la humedad. También garantizan la circulación de aire fresco. Las cápsulas se introdujeron en la ciudad de Ulm, a 120 kilómetros al oeste de Múnich, el 8 de enero en parques y otros lugares donde duermen las personas sin hogar, Las cápsulas también están equipadas con paneles solares y están conectadas...

Dormir en la calle puede salir muy caro en Alicante. El Ayuntamiento prepara una ordenanza que prevé sanciones de entre 750 y 1.500 euros por asearse, dormir en la calle o pedir dinero. Aunque la ordenanza no ha llegado aún al pleno, en las calles ya se nota la presión policial. Hablamos con Óscar, en la calle desde hace seis meses, que nos cuenta que nunca ha tenido que pedir y que se muestra contrario a estas sanciones.