Los astrónomos que utilizan los observatorios espaciales XMM-Newton de la ESA y Chandra de rayos X de la NASA, junto con radiotelescopios en tierra, han visto las secuelas de la explosión más poderosa jamás vista en el Universo. El gran estallido ocurrió en el cúmulo de galaxias de Ophiuchus, un gran conglomerado cósmico con miles de galaxias, gases calientes y materia oscura unidos por la gravedad, a unos 390 millones de años luz de distancia.