España ha elegido. En realidad hace tiempo que la decisión, compartida por los grandes partidos, estaba tomada. Sea por convicción social o por mero interés electoral, lo cierto es que el poder político se muestra decidido a defender sin merma el sistema de pensiones, haciendo recaer los sacrificios en cualquier otra parte. En esencia, esta última es la idea que sustenta la reforma planeada por el Ministerio de Escrivá, basada en un incremento sensible de las cotizaciones (los costes que soportan los salarios para financiar el sistema).