"Las mujeres se incorporan a un mercado de trabajo concebido, organizado y gestionado en su mayor parte por criterios masculinos, donde el trabajo reproductivo y de cuidados no es tenido en cuenta, lo que dificulta de forma importante su inclusión, promoción y desarrollo laboral de manera plena". El empleo femenino se ve claramente marcado por los cuidados y la maternidad: son ellas las más propensas a interrumpir sus carreras laborales. Además, las mujeres copan el empleo parcial: son el 75% de quienes trabajan en esta modalidad.