Que la Generalidad corriera con todos los gastos no era óbice para que, comenta el testigo, la Diputación de Barcelona, el Ayuntamiento y hasta la Caixa metieran pasta en el singular ente, cuyas decisiones, asegura, se tomaban por unanimidad y consenso. El pleno era soberano, pero no hacía falta que se pronunciara nunca. Alusiones recurrentes de Royo al Barça y la Caixa, cuya inclusión en el Diplocat no sólo aportaba medios materiales sino prestigio, siempre a juicio del declarante.