El jet privado como símbolo máximo de poderío económico individual está siendo reemplazado por el gran jumbo personalizado. En las últimas dos décadas, la cada vez mayor afluencia de multimillonarios (de Rusia, el Golfo Pérsico, China...) que buscan viajar rodeados de docenas de amigos y gran opulencia, ha dado lugar a este nuevo enfoque. Se busca un 747 o un A380, a $280-300 millones la unidad, que sea prácticamente una mansión voladora. Desde 1997, Airbus ha vendido más de 170. Boeing ha entregado 195 de los 217 pedidos recibidos desde el 96.

Conviene no perder de vista que mediar ante gobiernos extranjeros para beneficiar a empresas al margen de que presenten la mejor oferta, y más todavía si se tiene éxito en la gestión, es una actividad en general prohibida (en España, por ejemplo, lo estaría), máxime si media dinero y el funcionario que decide en un determinado sentido es recompensado también. La indecencia de la actividad a casi nadie se le escapa. Pero que encima lo realice el Jefe del Estado, y aprovechando la autoridad y los contactos que ello le confiere, es grave.

Cuando una simple manguera no sirve, aquí se ve como extinguen un fuego con motores de un jet enganchados a un tanque.

La mayoría de las ciudades rusas no tienen limtes estacionamiento ni parking de pago. Moscú, la capital, sólo tiene parquímetros en 2013. Antes de eso, la mayor parte del aparcamiento en la calle en Moscú era gratis. El nuevo sistema de aparcamiento implementado en Moscú utiliza cámaras de vídeo para realizar un seguimiento y los rusos lo combaten tapando sus matriculas.