El pasado fin de semana tuvo lugar, en la ermita de la finca El Campillo en San Lorenzo del Escorial (Madrid), una celebración muy especial. Álvaro y Diego, que habían contraído matrimonio civil días antes en el juzgado, quisieron compartir la fiesta en un recinto privado, aunque sacralizado. Lo hicieron porque ese sábado llovió en El Escorial, y se decidió trasladar la celebración al interior. No hubo boda, ni curas celebrando, ni se simuló un matrimonio canónico. Sin embargo, algunos sacerdotes ultraconservadores llegaron a calificar el enlac