Baleares va a exigir pruebas diagnósticas de COVID-19 para poder entrar a los viajeros procedentes de la Península, una medida que comenzará a ser efectiva desde el 20 de diciembre, según ha anunciado la presidenta balear, la socialista Francina Armengol.La comunidad balear va a distinguir entre residentes, turistas y los que viajan por un motivo justificado. Los turistas, por ejemplo, tendrán que entrar con una PCR negativa hecha 72 horas antes de llegar a las islas. No disponer de esta prueba será motivo de sanción.