No se trata de una casa desocupada, venimos una o dos veces por semana», alegó el yerno de Hortensia, pero no sirvió para nada. «Los okupas enseñaron a la Guardia Civil unos tickets de unas pizzas que habían pedido días antes con la dirección de la vivienda. Les sirvió para demostrar que no estaban cometiendo un delito flagrante», explica Javier. «No puede ser que un ticket tenga mayor validez que unas escrituras para quedarse con una casa»