Hace unas semanas se podía ver por todo Madrid, pero también en otras muchas ciudades españolas y de otros 17 países una campaña de publicidad exterior en la que un buen número de personas declaraban Estoy harto de los españoles. Muchos nos preguntábamos qué querían decir todas esas personas (un deportista inglés, un perfumista francés, un director de marketing ruso, un inventor británico y un desarrollador de juegos norteamericano) no demasiado conocidas, con su cara de malas pulgas y su frase.