En torno a un 20 o 25 % de la población podría tener un "perfil de riesgo" porque su consumo de cibersexo va "más allá del esporádico y, si lo sigue utilizando, podría desarrollar una verdadera adicción", aunque realmente esa dependencia al cibersexo afecta a entre un uno y dos por ciento de las personas. En estas últimas "supone un problema clínico importante, porque consume cibersexo durante más de once horas semanales, tiene una afectación en el ámbito laboral y personal, le resta horas de ocio, le genera una obsesión.