Las empresas españolas dicen adiós a los despachos y a los puestos físicos fijos de trabajo: es la hora de los espacios diáfanos. Incluso se van terminando los puestos fijos de trabajo, se restringe el uso del papel y el número de quienes asisten a una reunión. En 2014 había 14 metros cuadrados por trabajador de oficina; ahora, sólo 10.