“Las compras de deuda soberana por parte del BCE son en parte inconstitucionales”, rugía este martes la web del Handelsblatt, la biblia de los negocios en Alemania. La sentencia del Constitucional del martes supone un petardazo inesperado hacia Fráncfort y Luxemburgo, sedes de dos de las instituciones europeas más importantes y con un papel más destacado en la anterior crisis, el BCE y el Tribunal de Justicia de la UE.