Según Interpol y el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, el comercio de madera procedente de talas ilegales es un negocio muy lucrativo, estimado en más de 22.000 millones de euros al año.
De 45 millones de metros cúbicos se extraen solo 15 millones al año. Paradójicamente se importan de otros países quince millones de metros cúbicos, dado que el consumo anual se eleva a 32 millones.