La producciones españolas no podrán competir con los precios de las grandes producciones americanas. Además con el acuerdo del TTIP, los productores españoles perderían sus únicas barreras de defensa además de los aranceles, esto es la regulación diferencial en cuanto a seguridad alimentaria y la protección de las denominaciones de origen. Simplemente los consumidores de una día para otro encontraríamos en los supermercados aceite de oliva virgen de variedades iguales que las actuales, de igual calidad, eso sí a la mitad de precio.