Rusia está quemando 4,34 de millones cúbicos de gas diarios cerca de la frontera con Finlandia, según un análisis de Rysta Energy. Los científicos advierten que el volumen de dióxido de carbono y hollín que deriva de la quema podría exacerbar el derretimiento del hielo ártico. No son buenas noticias para el planeta, con el cambio climático acentuándose día a día. "De particular preocupación con la quema en latitudes árticas es el transporte de carbono negro emitido hacia el norte, donde se deposita en la nieve y el hielo y acelera..."