Esta semana, cuatro familias han conseguido ganar la batalla, primero judicial y luego contra Patrimonio, que les impedía recuperar los restos de sus familiares muertos durante la Guerra Civil. Por cuarta vez en la historia, las fosas del monumento franquista se abrían y, con ellas, la esperanza de muchos descendientes de poder dar a sus familiares una sepultura digna. En esta ocasión, se trata de dos casos del bando republicano y dos del nacionalista, cuyos restos se cree que se encuentran en el osario de la cripta del sepulcro.