Para un Partido Político, denunciar la existencia de fraude, engaño o “pucherazo” en unos comicios electorales, supondría un excesivo e irrecuperable coste en confianza, valor de marca e imagen, si finalmente se demuestra que no hubo tal. Por ello, la posibilidad de denunciarlo es extremadamente prudente, si no se tiene completa certeza o seguridad de alteración y manipulación del proceso. A la vista de las evidencias, nos preguntamos: ¿Ha habido pucherazo el 26-J?