Hubo un tiempo muy efímero, no se sabe a ciencia cierta cuándo, porqué ni cómo, en el que Jesús Candel, un médico hasta entonces desconocido de las urgencias de Granada, protagonizaba uno de los cuentos revolucionarios más fascinantes de la última década. Con un lenguaje cercano y coloquial, look desenfadado, acento granadino y cierta simpatía, aquel doctor puso en jaque las políticas sanitarias del gobierno socialista de Susana Díaz. Pero luego, todo se torció.