"Excepto el hecho de acarrear con él nueve meses, que desde luego no es moco de pavo, todas las razones que se dan para justificar que una mujer tome la decisión de matar a su futuro hijo pueden ser perfectamente aplicables al padre: que no es cosa de arruinarse la existencia por un despiste de una noche, que el fallo de un anticonceptivo no puede cambiarle la vida a nadie, que sacar adelante a un hijo teniendo pocos recursos es demasiado pedir... En fin, ya saben. Lo dicho: ¿acaso no le pasa lo mismo a los hombres?"