Cuando esta semana la revista Time Out declaró Carabanchel el tercer barrio más cool del mundo (es un distrito, por cierto), decidí hacer un experimento como vecino: contar cuántas veces me encontraba la esquina de mi casa orinada. Dos veces en dos días, 100% de acierto, una de ellas incluso pillando al infractor in fraganti. En principio, la falta de higiene no es muy cool, pero tal vez al visitante le resulte canallita.