La última vez que Hatice Cengiz vio a Yamal Khashoggi vivo, él le sonrió. No era para menos. Su boda con aquel saudí de 60 años de mirada brillante estaba al caer. Todo había sucedido fugazmente: se habían conocido el mayo pasado en una conferencia sobre política de Oriente Medio y el Golfo Pérsico. Tras acabar su ponencia, ha explicado ella, Hatice se acercó al orador con una pregunta. «Lo admiraba desde hacía tiempo», reconoce la joven. Pronto «nos involucramos emocionalmente y decidimos casarnos».