Lili Cristal, que se ganó la confianza de la familia de la mujer del presidente, Begoña Gómez, y que ahora se encuentra retirada, ha visto mucho durante su estancia allí. En su relato, ella asegura que, en el lugar "había una gran cantidad de drogas", pero que los Gómez no se dedicaban a la venta de las mismas. En cambio, "el portero y las camareras sí vendían cocaína", aunque nunca vio heroína. Sin embargo, confirma que el dueño estaba al tanto de las redadas de la Policía Nacional que se hacían cada cierto tiempo para buscar drogas y dinero.