La traición de la memoria es la mayor perversión del independentismo. La memoria de los emigrantes que levantaron aquella tierra como mano de obra barata y que ahora, cincuenta o sesenta años después, traicionan su propio recuerdo y se comportan como aquellos burgueses que un día los llamaron "charnegos", ese término que suena a ganado vacuno. Son los hijos y nietos de emigrantes andaluces, sobre todo andaluces, que llegaron en los últimos años del franquismo en oleadas hasta Cataluña