Se trata de un gigantesco océano subterráneo, aunque no de un acuífero: el agua (H2O) se encuentra incrustada en las rocas, no como si fuese un lago subterráneo, sino que está encerrada en un tipo de mineral llamado ringwoodita. Aprisionada a 600 kilómetros bajo tierra, el agua debe transformarse en un radical hidroxilo (OH) para lograr combinarse con el mineral, obligada por las condiciones extremas de presión y temperatura que gobiernan esta región del manto terrestre. “Finalmente, tenemos evidencias de un ciclo del agua de todo el planeta,