Los usuarios vienen advirtiendo desde hace un tiempo que ChatGPT ya no es lo que solía ser, y tienen razón. OpenAI confirmó días atrás que GPT-4, uno de los sistemas que impulsa a su chatbot de inteligencia artificial, se ha vuelto más «perezoso». La startup dirigida por Sam Altman pidió disculpas, dijo que no era intencional y que ya está buscando maneras de arreglarlo.