Europa -importadora neta de diésel, combustible para aviones y gasóleo de calefacción- ha tenido problemas para mantener los inventarios adecuados este año, ya que los altos precios del gas natural hicieron que algunos usuarios se pasaran al diésel, lo que impulsó la demanda, mientras que algunos compradores han rechazado el diésel ruso -la fuente de la mitad de las importaciones de diésel de Europa-, a medida que el bloque se prepara para una prohibición de productos petrolíferos a finales de este año.