La baja tasa de paro (inferior a las de Madrid o Baleares, por ejemplo) en casos como los de Cantabria, Asturias, Castilla y León y Galicia (todas ellas por debajo de la media estatal), es un espejismo. Se trata de una imagen engañosa, que oculta una insuficiencia de oportunidades de empleo y, ligado a ello, un escaso dinamismo de la población y la emigración de jóvenes. Los problemas del mercado laboral, existen y persisten, también en el Norte. El gran reto para los economistas es medirlos adecuadamente para, con ello, poder abordarlos.