El estereotipo es tan connatural al imaginario popular que aparece con frecuencia en los anuncios de televisión: los hombres, por más que lo intenten, son incapaces de hacer dos cosas a la vez. Y cuando lo consiguen el efecto es meramente cómico. Por contra, son las mujeres, responsables y previsoras, las que sí tienen la habilidad para cocinar, trabajar, cuidar a sus hijos y concertar citas médicas en el mismo periodo de tiempo. Es un cliché de género, y es un cliché falso. ¿Por qué? Porque no pasa la prueba del algodón científico.