"Hemos probado con todos los lectores que tenemos en el aeropuerto, también con los que verificamos la entidad de otros animales con microchip norteamericano, y con otros que han aportado los propietarios, pero no hemos podido leer el microchip", ha dicho Guarga. Ante esta situación, y la imposibilidad de leer el microchip, en caso que lo tenga el animal, las opciones pasan por devolver al animal a su lugar de origen o sacrificarlo.