Una mujer, Katrín Jakobsdóttir, es la Primera Ministra de Islandia. En el país, prácticamente todas las mujeres trabajan, el 86%. Existe la paridad en los consejos de las empresas públicas. El resto de compañías está obligado a demostrar que paga idénticos salarios a mujeres y hombres. Sin embargo, el patriarcado más rancio se resiste. El cineasta Hlynur Palmason explora ese oscuro territorio del patriarcado desde la intimidad de un hombre, denunciando lo perverso que hay en ello. Lo hace con su segundo largometraje, Un blanco, blanco día.