Sí, ha llegado la hora. El fin del mundo se acerca. Y para alertarnos de ello, el profeta, ha vuelto. Esta vez con forma de mujer, para que no digamos que Dios es machista. Pero contrariamente a lo anunciado por las escrituras, esta vez no ha venido volando desde el cielo, eso contamina una barbaridad. Ha sido traída por el viento, montada a los lomos de un catamarán (con la ayuda de unos motores diésel, eso sí), propiedad de dos youtubers ecologistas y millonarios.