Cristina, de padre riojano y madre canaria, ha localizado a unos parientes descendientes de cubanos en Miami. María, que es adoptada y está inmersa en una larga investigación en busca de sus padres biológicos, ha logrado identificar al hermano de uno de sus tatarabuelos. Y Joseph, hijo de una murciana y un catalán, cierra el círculo de su genealogía con toda una sorpresa para un hombre acostumbrado a lucir la única melena morena en una marea rubia: sus ancestros eran vikingos del sur de Suecia, su país de residencia desde hace 52 años.