Hay historias que merecen un protagonismo especial, y esta sin duda lo es. Vivimos unos tiempos en que cualquier desaparación, cualquier tiempo en el que no hay "contacto" o comunicación diaria se traduce en angustia, desesperación y, dependiendo de la región, en movilización y recogida de firmas. A veces incluso en cortes de carreteras.