Como setas de otoño, el frío hace visibles miles de zonas de fumadores disfrazadas de terrazas que constituyen un fraude generalizado a la Ley del Tabaco. La frontera que marca la ley entre un espacio cerrado y otro abierto son “dos paramentos y un techo” y parece clara. Sin embargo, pasear por el centro de Madrid, o cualquier población costera de Andalucía hace que la vista nos cuente una historia muy diferente.