Hay una sensación cada vez mas generalizada de que nunca la presencia de la estupidez ha sido tan apabullante en el mundo. Pareciera, a veces, que se ha apoderado por completo de él. Miramos el panorama de nuestros dirigentes políticos y no podemos dejar de preguntarnos: ¿cómo hemos podido llegar a esto? Nos adentramos en la prensa, por no hablar de las redes sociales, y, a pesar de haber hecho previamente un acopio de templanza, sabemos que la razón volverá escaldada.