El arrestado utilizaba a su hijo, menor de edad, para realizar tareas de capataz a cargo de la vigilancia y control de cinco peones que no presentaron denuncia por temor a ser expulsados de territorio nacional, todos ellos carecían de contrato, les habían prometido un salario inferior al establecido en convenio colectivo, que hasta la fecha tampoco habían cobrado, así como que trabajaban en condiciones precarias, llegando incluso a tener que realizar las tareas agrícolas con sus propias manos por falta de herramientas.