Un albergue para personas sin hogar, en Madrid, ha puesto en marcha una iniciativa ecológica y solidaria: un huerto. No es un huerto cualquiera. Se trata de un proyecto que ayuda a salir del mal trance a personas que lo han perdido todo y que se encuentran en una situación límite. A sus problemas particulares se suman, en algunos casos, enfermedades graves y, casi siempre, dificultades en las relaciones sociales.

Una de mis más nítidas convicciones es que las batallas políticas no se disputan únicamente en el terreno electoral sino que se extienden también al ámbito ideológico-cultural. De ahí que nuestra tarea como pensadores sea intentar contribuir humildemente al fortalecimiento intelectual de nuestra causa política. Esta es una tarea, como tantas veces hemos declarado, inexcusable. Y, sin embargo, largamente minusvalorada.

Piotr Piskozub, el joven polaco que falleció en octubre de 2013 en el centro de acogida municipal después de haber sido dado de alta en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, no recibió el tratamiento adecuado en dicho centro hospitalario, según concluye el informe definitivo de autopsia elevado al Juzgado de Instrucción número 5 de Sevilla.

La Asociación de Amigos del Camino de Santiago de León ha denunciado que varios propietarios de albergues modifican la señales para llevar a los peregrinos a sus instalaciones.

Compuesto de 18 pisos, el edificio es propiedad de una empresa en fase de liquidación concursal por sus deudas con Bankia.