No sé qué me espanta más, si que unos mandados del PP blanqueran dinero frente a la sede central del partido mientras sonaban, angustiosos, los móviles de los muertos del 11-M hasta agotar las baterías o que un día después de que se hayan publicado las pruebas de la infamia nadie, absolutamente nadie de esa formación política, haya comparecido ante la opinión pública para pedir perdón.No dar la cara ante una situación así es una cobardía y muestra una insensibilidad atroz. Que no haya habido dimisiones corrobora lo que muchos sospechan..