Según un estudio en la Universidad de Missouri llevado a cabo por Harold G. Koenig, «la oración y otras actividades espirituales previenen enfermedades» al fortalecer la mente y provocar bienestar integral en el cuerpo. "Los beneficios de la práctica religiosa, particularmente el estar involucrado en una comunidad de fe, son un factor importante para que la gente le haga frente a las enfermedades y experimenten un mejor bienestar, porque tienen más esperanza, son más optimistas, experimentan menos depresión, menos ansiedad", agregó Koenig.