Da igual que gobernase la izquierda que la derecha. Sabían que los dos partidos que se alternaban en el poder eran y son permeables a los deseos de los añejos presidentes de ACS, Telefónica, Banco Santander, BBVA, OHL, Caixabank, Repsol o Iberdrola. Si se necesita algún real decreto para lanzar una OPA, o duplicar el presupuesto de una obra, o retrasar una sanción judicial -¿quién se acuerda de aquel delito de información privilegiada por aquellas Tabacaleras del sobrino avispao de don César?-, se hacía sin ningún rubor.