Después de la conmoción nacional y política que ha desatado la muerte de Adolfo Suárez, se celebra en la catedral de la Almudena un funeral de Estado en el que, en realidad y dadas las actuales circunstancias españolas, se va a escenificar el entierro del Régimen de la transición y el inicio de una nueva etapa política, económica y social de España. Es la consecuencia de la grave crisis del país, que obligará a refundar el modelo político, institucional y económico español y las reglas del juego político ante el deterioro democrático.

Recuerdos de la Transción y de Adolfo Suarez

“El error Suárez” no es de Suárez, sino de un rey franquista, más preocupado por calmar los temores de las oligarquías, hoy con muchísimo más poder que entonces, que por asegurar la futura libertad de los españoles. Juan Carlos utilizó los servicios de un mediocre, sin otro mérito que el de la servil adulación al superior, para conseguir de las Cortes franquistas el tránsito a un enriquecimiento personal impensable con Franco, a cambio de dejar vacíos sus escaños, para que fueran ocupados por la nueva ola de arribistas de partido.

El primer error, aunque no es estrictamente protocolario pero sí guarda relación con el protocolo de actuación, llegó de la secretaria de estado de comunicación tras difundir un comunicado de pésame del presidente del Gobierno, don Mariano Rajoy, que se colgó en su página web con fecha 19 de marzo: cuatro días antes a la muerte de don Adolfo Suárez.

A diferencia de la opinión generalizada y a la vez hipócrita de idolatrar y subir por las nubes la figura de Suárez, el articulo trata de explicar sin sentimentalismos el motivo por lo que Suárez no fue un gran presidente.

Cuando vi aparecer ante los medios de comunicación a Adolfo Suárez Illana anunciando la inminente muerte de su padre tuve la convicción de que aquello iba a ir mal o muy mal. Conozco el paño. Fuera del hecho de casarse con señora rica y de buen ver, fundamental cuando lo único que tiene uno es prosapia paterna y escasas luces, y no ha hecho nada que no sea un disparate, cabe temer lo peor. Podría contarles lo de “las cebollas rellenas” de El Entrego en el homenaje a un policía asesinado por ETA, o la respuesta que le dio a Aznar...

Viajando con Chester, Iñaki Anasagasti, Anasagati:"El Rey hizo lo posible para cargarse a Suárez"

No sorprende la elevación a los altares de Adolfo Suárez en el momento de su muerte por parte de políticos, periodistas y creadores de opinión. Ni siquiera esos honores de ética y estética franquista, con los mismos curas, obispos y militares que exhibía la televisión única de los años sesenta, organizados por el Gobierno actual y coreados por todos los partidos. Al fin y al cabo eso es lo que les han enseñado en la escuela y en la televisión desde hace treinta y ocho años y son por tanto víctimas de un enorme engaño.