El acusado, de 45 años, contactó con la víctima por redes sociales, concretamente, Instagram, ocultando su identidad. Uno de los principales motivos por los que seleccionó a la menor fue por su situación de vulnerabilidad familiar. Durante cuatro años, el hombre sometió a la joven a numerosos abusos y violaciones, así como a "prácticas sádicas" y, en una ocasión, le propinó una paliza y la abandonó en el monte.