El exitoso final de 'Masterchef' pone de manifiesto el gusto de la audiencia por la humillación pública. Pero ni siquiera es el peor. Masterchef, el programa de éxito de los últimos tiempos, el fenómeno por el cual se van a complicar tantas cenas de amigos y familiares, ha concluido esta semana. Su ejemplo no ha podido ser más nocivo para la sociedad. Lejos de servir de espacio que difunde la gastronomía como cultura, nuestro país es uno de los más ricos del mundo en este aspecto, se ha basado en la cocina como un elitismo insoportable.