Una joven chilena de 22 años sufrió recientemente una agresión de su pareja. Quería pedir ayuda, pero no podía hacerlo de cualquier forma. Su novio estaba alterado. Tanto, que había amenazado con quemarla viva. Por eso, si se ponía a gritar, las consecuencias podían ser fatales. Su instinto de supervivencia fue un paso por delante, así que se le ocurrió una brillante idea: pedir una pizza. Lo que el agresor no imaginaba es que, en realidad, a quien estaba llamando era a la Policía. Los agentes se extrañaron cuando la mujer les pidió una pizza.